Estimados lectores, le propongo en esta ocasión un nuevo modelo de "post" que busca ante todo su participación: se trata de abrir un debate en el que el "blogero" se limita a exponer unos hechos lo más objetivamente posible y a plantear una o varias preguntas sobre el mismo con el objeto de iniciar dicho debate. De este modo, aporta su opinión como un comentarista más y evita que aparezca en un lugar preferente. Ruego a mi tan reducido como apreciado grupo de lectores tengan a bien participar....
Exposición de los hechos:
Muchos seguidores del distributismo, especialmente en los Estados Unidos, han planteado y siguen planteando la formación de pequeñas comunidades más o menos autosuficientes de carácter local como una manera de organizar la actividad económica más justa y equitativa. Estas comunidades, generalmente en torno a una parroquia rural, renunciarían al consumismo y serían capaces de producir alimentos y bienes básicos así como servicios tales como la educación. Se trataría de minimizar la dependencia del exterior que, no obstante, siempre se daría en mayor o menor grado. Hablamos aquí de comunidades de ámbito local, no sectoriales como pueden ser los gremios o las cooperativas.
Preguntas:
1- ¿Considera que el desarrollo de pequeñas comunidades de ámbito local es una manera adecuada de llevar a la práctica el ideal distributista?.
2- ¿Cree que estas comunidades pueden llegar a darse o intentarse en Europa o por el contrario son un fenómeno restringido al continente americano?.
Es cierto que podría servir para gente que vive en el campo o dedicada a faenas propias de ese sector, pero no para la gente de ciudad.
ResponderEliminarYo creo sinceramente que este tipo de comunidades es inviable en el mundo urbano en el que vivimos. Quizá este modelo hubiera servido en una época medieval, pero en la actualidad, con un mundo tan globalizado y en el que necesitamos muchos servicios, la existencia en estas granjas puede resultar poco grata para mucha gente.
Aunque está claro que para un distributista, este tipo de existencia es la que más va acorde con su manera de pensar.
En mi opinión el enfoque localista se aparta del distributismo porque este, como producto del catolicismo, ha de tener un enfoque "universalista", es decir, estar abierto a todo el mundo o buscar soluciones para el conjunto de la sociedad y no para un solo grupo.
ResponderEliminarEn el pasado estos proyectos comunitarios fueron típicos de los protestantes radicales que emigraron al nuevo continente buscando crear una sociedad perfecta, una nueva "Jerusalem en la colina". Su enfoque de grupo o pueblo elegido, proveniente del judaismo y "recuperado" por las nuevas iglesias "reformadas" choca en mi opinión con la filosofía católica. Tal vez por eso esta idea esté arraigada en el "imaginario" americano, pero en Europa sigue sonando como algo extraño. No sería desde luego una restauración, como en el caso de los gremios, pues estas comunidades no han sido tan importante en la historia de Europa.
El irse a un lugar remoto está muy bien pero tiene el problema que la "civilización" te acaba alcanzando.
ResponderEliminarComo el campo nos queda un poco lejos lo mejor sería centrarnos en qué se puede hacer desde una postura distributiva en la ciudad.
Generalmente estoy de acuerdo en que la actitud "amish" es bastante mejorable, aunque también hay quien defiende algo parecido desde una perspectiva católica:
ResponderEliminarhttp://www.freewebs.com/plaincatholic/onbeingseparate.htm
En cuanto a la aplicación del enfoque localista a día de hoy, por un lado, efectivamente, no es realista pensar que se pueda acabar con la realidad urbana. Por otro lado es cierto que, grandes núcleos urbanos aparte, que la mayoría de la población viva en ciudades es algo bastante reciente. España está llena de pueblos que no hace mucho tiempo tenían vida económica y que ahora, en general, están bastante abandonados. Creo que recuperar esto puede ser plausible, sin necesidad de radicales proyectos de colonización.
Ahora bien, me parece que más importante que el "localismo económico" es el "localismo social", es decir, el sentido de comunidad y vecindad, también practicable en la ciudad. Pero claro, sin instituciones cercanas que lo alimenten es difícil conservarlo.
Yo he vivido en pueblos y ciudades de diferentes tamaños, desde grandes urbes como Madrid o Paris, pasando por ciudades de tamaño medio o medio-bajo, hasta incluso varias pequeñas aldeas rurales de diferentes naciones.
ResponderEliminarSuelo ser muy crítico con las grandes aglomeraciones, en general deshumanizantes.
Creo firmemente que cualquier proyecto de tipo distributista encuentra una mayor facilidad de desarrollo en ciudades que yo denominaría de "tamaño humano", con cierta facilidad para acceder a servicios modernos, no todos igualmente necesarios, pero sin perder el contacto verdaderamente humano que facilita y fomenta las iniciativas verdaderamente de origen social, por contraposición a las políticas.
Desde este tipo de poblaciones bien organizadas, se puede exportar, hacia poblaciones mayores y menores, un germen distributista, basado en una economía que esté al servicio de la persona y del bien común, en el respeto de la justicia social, del principio de solidaridad humana y de subsidiariedad, como nos muestra la Doctrina Social de la Iglesia.
Edificios de no más de cinco plantas, respeto de los espacios comunes en el diseño de la población, limitación real del tráfico de automóviles... son las condiciones que pueden hacer germinar el contacto humano profundo y real que se precisa para que las relaciones económicas se humanicen también.
Gratamente sorprendido y agradecido por la cantidad y calidad de sus comentarios, veo en ellos en general cierto escepticismo sobre la viabilidad de estas comunidades pero algo menos sobre su idoneidad.
ResponderEliminarMe parece muy interesante la idea de que la creación de "comunidades" no tiene porqué limitarse al entorno rural. Esta sería una forma de poner en marcha un distributismo en versión "micro" ("macro" serían las medidas distributistas que gobiernos e instituciones podrían llevar a cabo, respecto a las que podríamos abrir un debate otro día).
La siguiente cuestión sería qué tipo de comunidades podrían crearse (creo como Firmus et Rusticos que los más importante son los vínculos sociales, pero a veces para crearlos es precisa una "excusa" económica), más allá de la utopía autárquica, y qué actuaciones podrían éstas llevar a cabo para llevar a la práctica las ideas distributistas. Sobre este particular encuentro interesante el siguiente artículo de Richard Alemán:
http://distributistreview.com/mag/2010/06/sobre-el-distributismo/
Y la siguiente lista de medidas (bastante variopintas algunas, está en ingles pero como uno de los objetivos de este modesto blog es poner a su disposición recursos distributistas en español bien podríamos traducirla o hacer la nuestra propia):
http://www.justpeace.org/encourdistributism.htm
Humildemente, creo que hay una pregunta previa a la de la viailidad, que es la de la necesidad. Porque para mi está clara la necesidad de construir pequeñás comundades cristianas, a modo de arcas de noé modernas, desde las que comenzar a reconstruir la sociedad. Tras la caida del imperio romano fueron los mnasterios por toda Europa los que uvieron esa función, y en ellos se salvó la fe y la cultura clásicas, siendo la semilla de la época más lumnosa que la historia del mundo conoció. Para mi es evidente la necesidad de esas comunidades pequeñas.
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