martes, 24 de mayo de 2011

Economía y espiritualidad: El consumo y la utilidad


¿Es posible disponer de modelos económicos más realistas?. Sí, si somos capaces de introducir en ellos factores de índole psicológica que expliquen el comportamiento humano mucho mejor que los clásicos modelos que atribuyen a los hombres comportamientos meramente robóticos. Pondremos a continuación como ejemplo la utilidad marginal del consumo, repecto al que es fácil de observar unas pautas de consumo no racionales, que han de estar por fuerza relacionadas directamente con motivaciones no materiales.

La utilidad o satisfación que produce el consumo de bienes, en relación con la capacidad de éstos para cubrir las necesidades humanas, ha sido objeto de atención de grandes economistas como William Stanley Jevons o Vilfredo Pareto. Más allá del debate sobre si la utilidad es medible o sólo comparable, sí que existe cierto consenso sobre el comportamiento de la misma: la utilidad crece conforme crece la cantidad de bienes que consumimos, hasta llegar a un punto de “saturación” en el que se vuelve decreciente. Se modelizaría por tanto mediante una curva de tres tramos significativos: un primer tramo en el que la utilidad marginal es creciente, un segundo tramo en el que se vuelve decreciente y un tercero, alcanzdo el “punto de saturación” en el que esta utilidad marginal se torna negativa.

El tramo más interesante para nuestro análisis es el tercero. ¿Cómo es posible que un aumento en la cantidad de bienes provoque una reducción de la satisfacción del consumidor?. Se trata de una cuestión básicamente filosófica y el enfoque “homo viator” del economista E.F. Schumacher nos puede servir como explicación de este fenómeno. La idea que el hombre está en el mundo como peregrinaje a un plano superior, o la mera existencia de este plano y el reconocimiento de la faceta espiritual del ser humano, concuerdan con la idea que el grado de satisfación de una persona durante su vida no obecede la mayoría de las veces a causas puramente materiales. En buena lógica se podría pensar que la curva de utilidad nunca podría ser decreciente, pues si una persona tiene a su disposición demasiados bienes bastaría con desacerse de los que le proporcionan utilidad marginal negativa para llegar al punto en el que maximiza su utilidad total. Pero no estamos hablando de una toma racional de decisiones, sino de un comportamiento compulsivo, el consumismo, que puede llegar a cierto punto en el que el aumento del bienestar material genere mayor insatisfación personal. Resulta difícil explicar este fenómeno si no tenemos en cuenta la existencia de otro tipo de bienestar, el inmaterial o espiritual, y por tanto de un plano distinto al material y con mayor poder de influir en el bienestar de las personas que éste. Sin embargo, pese a ser de dificil explicación, es una idea intuitiva (“el dinero no da la felicidad”) bastante arraigada en nuestra cultura.

Valga este caso como ejemplo de una realidad incuestionable: no podemos tratar los asuntos económicos, ni tan siquiera intentar explicar el comportamiento humano, dejando al margen el plano espiritual.

4 comentarios:

  1. Muy bueno, gracias. No recordaba esto de Schumacher.

    Creo que, si bien este tipo de planteos ayudan a algunos economistas a abrir los ojos, hay que tener cuidado puesto que el problema de la economía como "ciencia" es justamente el abuso del modelismo matemático. Y si caemos en lo mismo, desde una perspectiva crítica, corremos el peligro de quedarnos discutiendo el árbol cuando el problema es el bosque; como le pasa a mucho economista crítico del mainstream o síntesis neoclásica.

    Por de pronto, respecto a este mecanismo de la utilidad marginal decreciente, la explicación que suelen dar los economistas es que se produce un salto desde utilidades más básicas relacionadas con los medios de subsistencia hacia utilidades más piscológicas (por ej. el "need of achievement" de la pirámide de Maslow) a medida que las primeras van agotando su capacidad de utilidad incremental. Claro que podríamos contraargumentar, que si esto se da hasta el infinito, como parecería ser el caso, es porque el hombre tiene necesidad de absoluto.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Kurtz, realmente Schumacher no trató este asunto directamente, pero hemos intentado aplicar su idea de la satisfacción no material que produce el trabajo y su concepción trascendental y no mecanicista de las actividades humanas al tema del consumo. Otro día podríamos tratar el tema del trabajo como actividad de la que podemos obtener utilidad(satisfación) y no como un sacrificio necesario para consumir lo más posible.
    Estoy de acuerdo en que el abuso del modelismo matemático no hace que la economía sea más científica, sino todo lo contrario, pues al final los modelos explican muy poco y es como intentar encontrar una calle con un mapa mundi. Ahora bien, tampoco podemos pretender estudiar problemas económicos concretos prescindiendo totalmente de las herramientas que las matemáticas o la estadística nos proporcionan. Tal vez sea cuestión de dar con la escala adecuada del modelo, pero ante todo de poner los objetivos del orden moral por encima de los números.
    El "need of achievement" explica que la utilidad sea decreciente, pero ¿que explica que pueda llegar a ser negativa, si creemos (yo si) que ese caso puede darse?.

    ResponderEliminar
  3. ¿Utilidad total negativa o utilidad marginal negativa?

    ResponderEliminar
  4. utilidad marginal negativa, la total es irrelevante pues sólo habría que cambiarla de escala. Sería el caso en el que la saturación nos hace infelices, o del consumo compulsivo o como "droga", del mismo modo que un ser humano puede sentirse complacido con 3 cervezas y totalmente infeliz con 16.

    ResponderEliminar